sábado, 20 de agosto de 2016

FRACTURAS OLÍMPICAS

Todos hemos visto durante éstos dias la impactante imagen del gimnasta francés que se fracturó la tibia en la recepción de un salto de potro en la competición de gimnasia deportiva en  los JJOO de Rio.

Biomecánicamente cada hueso del cuerpo está diseñado de la manera más eficiente  para resistir las fuerzas a los que está normalmente expuesto.

El hueso está formado a partir de moléculas de colágeno, que agrupadas en láminas y  unidas al componente mineral del hueso forman una estructura trabecular de hueso esponjoso (similar a panales de abeja) o cortical (hueso macizo o compacto).  Dando asi a cada hueso   la Densidad Mineral Osea adecuada para dotarlo de la  resistencia y elasticidad que necesita para su función estructural.

Los Huesos  están sometidos a 4 tipos de fuerzas:
-Tracción
-Compresión
-Flexión
-Torsión

Así los huesos largos como la Tibia o el fémur son muy resistentes a la fuerzas de compresión, unos 170 N/mm2.  Es una resistencia mayor que el granito pero 3 veces menor que el acero. Algo menos a las fuerzas de tracción,  unos 120 N/mm2 y mucho menos a la flexión y torsión. Por ello la mayor parte de las fracturas se producen por fuerzas combinadas de compresión y torsión, siempre en la zona de menor diámetro.

Un hueso como la tibia aguanta 130 veces el peso del cuerpo en una caída vertical (compresión) y necesita una  fuerza de unos 50.000 N para romperse, 100.000 N si en la caída se apoyan los dos pies.

Para un peso de 75Kg equivale a  una caída de 1,3 metros  de altura sin doblar los tobillos ni las
rodillas.




En el caso de que aumentemos la distancia de desacelaración  de la caída doblando los tobillos y las rodillas, y  teniendo en cuenta la resistencia limitada de los tendones y ligamentos, la altura  de seguridad a partir de la que existe una gran probabilidad de fractura de  tibia es de unos 4 metros.

En el caso del gimnasta francés, al realizar una mala  recepción del salto, cambió los vectores de fuerza de compresión por los de torsión y flexión para los que el hueso no tiene la resistencia necesaria y se produjo la inevitable fractura.


En ocasiones el hueso está debilitado y se produce una fractura por fatiga o stress.
Lo huesos más expuestos a éste tipo de fracturas son la tibia, el cuello femoral y el 5º y 2º MTT del pie.
Son frecuentes en por sobreuso en deportistas (corredores,futbolistas..) o por situaciones de estrés metabólico.
Derivan en fracturas atípicas con fuerzas de tracción mucho menores a las habituales.  Ésto le ocurrió a un conocido futbolista español en la imagen que nos acompaña, donde la tibia izq. se fractura a nivel de su zona más débil con un simple apoyo en una carrera.





El tratamiento de las fracturas diafisarias de tibia es una intervención quirúrgica en la que se realiza un enclavado endomedular desde la parte superior de la misma hasta la zona más distal, alineando los dos fragmentos de hueso. Tras un período de descarga y una acecuada rehabilitación, se estima que en unos 4-6 meses puede estar el deportista completamente recuperado.




 


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